Contralor general de la República inauguró seminario sobre rendición de cuentas. Junto con los progresos alcanzados, el seminario taller puso de manifiesto las metas próximas en transparencia y control institucional de los organismos públicos.
«Las cuentas son importantes en aquellas sociedades que han hecho de la democracia su forma de vida», dijo ayer el contralor general, Ramiro Mendoza, al inaugurar el seminario «La rendición de cuentas en América Latina», que es parte de diversas iniciativas para fortalecer el control institucional en la región.
El panel inaugural del taller, cuyos debates finalizan hoy, contó con la participación de la subsecretaria de la Segpres, Patricia Silva; el diputado UDI Jaime Bellolio; el director de «El Mercurio», Cristián Zegers, y la coordinadora de políticas públicas de la Comunidad Organizaciones Solidarias, Consuelo Moreno.
En el encuentro no solo se analizó la importancia de la transparencia y del control para el fortalecimiento de las instituciones, sino que además se discutió sobre la percepción ciudadana acerca de cómo las entidades públicas rinden cuenta de los recursos que las financian, y de los resultados efectivos de su gestión.
«La sociedad no distingue de quién desconfía, y hoy hay desconfianza del Estado y los privados», aseguró el contralor. «Si no recuperamos la confianza en lo público -sostuvo-, tampoco se restablecerá en el ámbito de los privados». Mendoza se explayó en los avances obtenidos en la rendición de cuentas, alertando, sí, sobre el riesgo de que ellas deriven en un «gatopardismo» de cuentas formales de ejecución presupuestaria sin voluntad de explicitar la calidad de la gestión, la relación con los recursos aplicados y el beneficio de las respectivas políticas. «Por ejemplo, las transferencias en educación son enormes, pero muchos resultados son decepcionantes», advirtió el contralor, quien hizo un llamado a las personas para colaborar con el trabajo del ente fiscalizador.
«Los ciudadanos son cada vez más activos en sus intereses. Un ciudadano que controla es un ciudadano que nos ayuda. Uno que simplemente reclama no nos sirve como Contraloría», concluyó Mendoza.
La subsecretaria Patricia Silva destacó la influencia que ha tenido la Ley de Transparencia en la administración del Estado. Detalló que el Gobierno ya tiene una agenda para impulsar la legislación sobre probidad, fideicomiso ciego, gestión municipal, datos abiertos y seguimiento de los compromisos presidenciales. «Hoy los gobiernos se evalúan por su gobernabilidad, el grado de participación y su rendición de cuentas. Los principios de control popular, político y la igualdad son los temas centrales para tener un mejor gobierno». «Nos hemos visto obligados a cambiar el quehacer del Estado. Tenemos paredes de vidrio y la ciudadanía ahora no solo está interesada en el qué y el cómo, si no que también en el por qué», explicó la autoridad.
En tanto, el director de «El Mercurio», Cristián Zegers, destacó que el concepto de dar cuenta tiene firmes raíces en nuestra organización republicana -en distintos niveles la Constitución de 1833 la establece una decena de veces-. Junto con destacar los progresos alcanzados, indicó los avances que significaría tener balances presupuestarios de los programas sociales, y la asignación de presupuestos por objetivos en cada servicio público, en la dirección de lograr un presupuesto asociado a resultado, a población objetiva beneficiada y variables de seguimiento para acercarse a indicadores costo-eficacia.
El diputado Jaime Bellolio (UDI) planteó en su intervención que «una democracia no puede existir como tal si no hay información disponible para la ciudadanía». En varios ejemplos, detalló cómo el Congreso está expuesto al escrutinio público: «La ciudadanía puede someternos a un juicio permanente. Por eso la transparencia es relevante para una mejor democracia».
A su vez, Consuelo Moreno subrayó la buena acogida que las organizaciones que representa han tenido en Contraloría, el aprendizaje y las experiencias recíprocamente valoradas y puestas en práctica. «En materia de rendición de cuentas, nosotros tenemos una doble responsabilidad: estamos llamados a controlar nuestra gobernanza, y como somos receptores de fondos públicos, tenemos que rendir y decir en qué estamos gastando el dinero. Sin embargo, hoy no hay nadie que nos controle y eso nos pone una tarea mucho mayor, que es la autorregulación», requisito indispensable para merecer la confianza de la gente que contribuye a nuestras obras, precisó.