LOS NUEVOS RETOS DE LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN LAS ENTIDADES DE FISCALIZACIÓN SUPERIOR Y UNA PROPUESTA DE CÓMO RESPONDER A ELLOS

Braulio Ortiz Navarro
Secretario Ejecutivo del COSOC-CGR
Jefe de Unidad Secretaría Técnica COSOC y Participación Ciudadana, CGR Chile

El mundo enfrenta un periodo de cambios sin precedentes en lo que respecta a fenómenos culturales, migratorios, escasez de recursos naturales, crisis climática, entre otros y, sin duda, los más rápidos están ocurriendo en las tecnologías de la información y la robótica, donde la multiplicidad de conexiones se ha vuelto exponencial y con ello, toda la sociedad se ha embarcado en una nueva forma de relacionarse. (Oszlak, 2020) Así, las Entidades de Fiscalización Superior se ven en la necesidad de ajustar sus labores a los nuevos tiempos donde la aceleración de estos cambios puede provocar enormes impactos en el control fiscal.

Estos ajustes deberán ser instalados en un mundo que cambió, en donde “la normalidad de las cosas” no predomina, ya que la incertidumbre y complejidad del ambiente, en especial en las personas, están produciendo obsolescencia en determinadas formas de trabajo, como también formas de empoderamiento con los cuales se ha estado construyendo el actual tejido social y que ha derivado en una necesidad de mayor transparencia en las decisiones y rendición de cuentas en el uso de los recursos fiscales. Es por ello por lo que la relación con la ciudadanía es fundamental en entornos complejos y a ratos caóticos, dado que la información que entrega la sociedad es mucho más rápida que cualquier proceso de control.

En esta incertidumbre, es posible identificar ciertas formas de hacer las cosas que llevan a reconfigurar la relación entre la ciudadanía y las organizaciones, instalándose como aliados naturales para combatir la corrupción, aun cuando esto también presenta desafíos. Primeramente, se debe reconocer que no es tan fácil coordinar a todos los actores para que compartan una única estrategia y que, aun cuando es posible ponerse de acuerdo, los recursos para llevar a cabo acciones consensuadas son limitados. Por otra parte, pareciera ser que la corrupción, a través de tentaciones y amenazas, es más rápida y se manifiesta de manera más versátil que los mecanismos de control, por lo que es necesario el esfuerzo conjunto para cuidar el patrimonio de todos. Finalmente, pareciera ser que la participación ciudadana, la rendición de cuentas y la transparencia son la mejor herramienta para potenciar la legitimidad las instituciones, siempre que estas provoquen los efectos por los cuales se les convoca.

Para el caso de las Entidades de Fiscalización Superior, y en especial sobre la Contraloría General de la República de Chile, se establece la necesidad de replantearse la relación con sus partes interesadas para liderar con el ejemplo y transmitir el mensaje a todos, de manera sencilla, sobre lo fundamental de coordinar esfuerzos para combatir la corrupción y el mal uso de los recursos públicos, por ello, el desafío consiste construir permanentemente relaciones de confianza y colaboración con la ciudadanía, siendo eficaces y responsables del esfuerzo colectivo, para servir a toda la sociedad a través de una fiscalización autónoma.

Actualmente, la participación ciudadana en Contraloría reviste de un carácter estratégico que permea a toda la organización y donde cada vez más proliferan iniciativas que determinan la disposición de personas y organizaciones civiles a colaborar en el trabajo institucional, así como también contribuir a una cultura de la probidad, aun cuando por ley no está obligada a disponer de dichos mecanismos.

Es así que, conforme al compromiso de esta institución en relación a la Declaración de Punta Cana, a fin de alcanzar el más alto estándar, se han implementado una serie de medidas orientadas a abarcar todos los niveles de madurez, coordinando las distintas iniciativas de vinculación con la ciudadanía, dotándolas de racionalidad y visión estratégica institucional.

Reflejo de ello, es el masivo uso de los portales de denuncia que contempla, por una parte, la posibilidad de sugerencias de fiscalización anónimas y por otra, la presentación de denuncias con la posibilidad de reserva de identidad. En un marco general, es posible visualizar un aumento de estas en un 28% entre el año 2018 y 2019, y considerando toda la historia de los portales, desde 2012, el promedio de variación entre año y año es de un 41% de aumento. Asimismo, de los 4.015 productos de fiscalización de diversa complejidad realizados durante el año recién pasado, el 71% tuvo origen en denuncias ciudadanas.

Por otra parte, en cuanto a los mecanismos de atención, se han implementado estrategias lúdicas en redes sociales para la creación de contenidos ajustados a los diversos públicos a fin de difundir los informes de auditoría y contenidos de apoyo para educación cívica, deberes y derechos funcionarios, entre otros, logrando un efecto disuasorio. Paralelamente, se han desarrollado espacios de Transparencia Proactiva disponiendo información de interés sobre la gestión presupuestaria interna en formato de datos abiertos, y complementado con iniciativas de lenguaje claro, como el espacio de Preguntas Frecuentes que consolida más de 250 preguntas de la Administración del Estado y las funciones de Contraloría General.

En cuanto al nivel intermedio, el Centro de Estudios de la Administración del Estado entrega una estructura de formación externa para colaborar con la administración y la ciudadanía a través de cursos de diversa índole, de manera gratuita y remota.

Finalmente, la existencia del Consejo de Asociaciones de la Sociedad Civil y la Comunidad de Contralores Ciudadanos ha colaborado en opiniones y percepciones que derivan en mesas de trabajo o talleres las cuales han permitido mejorar y co-crear iniciativas de involucramiento ciudadano, logrando generar un nuevo enfoque de colaboración con otros espacios de incidencia ciudadana, fomentando un intercambio con organismos civiles especializados en determinadas materias y la ciudadanía en general.

Naturalmente, hay espacios para seguir avanzando en la relación con la ciudadanía y continuar aportando con el concepto del cuidado de los recursos públicos. Para ello, se debe seguir perfeccionando los productos a diferentes usuarios y sus instancias de participación en el ciclo de la auditoría, continuar con el compromiso de participar activamente en la Mesa de Gobierno Abierto en Chile en su quinto plan de acción y profundizar en la coordinación de esfuerzos para la fiscalización y seguimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Bibliografía

INTOSAI – ISSAI 12: El Valor y Beneficio de las Entidades Fiscalizadoras Superiores – marcando la diferencia en la vida de los ciudadanos.

Oszlak, O. (2020). El Estado en la era exponencial. Buenos Aires. Instituto Nacional de la Administración Pública.

Ramírez, A. y Barria, D. (2020). Participación ciudadana en la administración del Estado ¿Es la evaluación participativa una alternativa viable? Revista Chilena de la Administración del Estado N° 3

Sobre el autor

Braulio Ortiz Navarro es Maestro en Gobierno y Gerencia Pública y Administrador Público de la Universidad de Chile. Actualmente ejerce como Secretario Ejecutivo COSOC, jefe de la Unidad de Participación Ciudadana, dependiente del Gabinete de la Contraloría General de la República de Chile. Tiene experiencia en organismos el sector público y entidades de fiscalización superior. En el sector público, desarrolló funciones en el Ministerio Secretaría General de Gobierno, como asesor de la ley de transparencia. En el ámbito de las entidades de fiscalización superior, ha desempeñado funciones en la División de Auditoría y Gabinete del Contralor General, instaurando la política de participación ciudadana de la Contraloría y su vinculación con partes interesadas externas.

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